Una de las cosas que más me gusta de El Mentalista es que es entretenidisima. Tras el espectacular final de la (regular) temporada pasada vienen las consecuencias. Y para Patrick Jane (un Simon Baker en estado de gracia continuo) son muy serias.
Ha matado a John El Rojo, Jane lo admite, y tendría bastante ganado frente al fiscal y el jurado de no ser porque no aparece el arma que tenía el serial killer ni el teléfono móvil con el que se le incriminaría y según todos sus amigos y familiares era una persona modélica. Así que Jane esta muy jodido y su equipo esta suspendido y no podrá ayudarle.
¿Qué hacer? Jane, con esa eterna sensación que desprende de que va 5 pasos por delante de todos, para pagar su fianza (1 millón de pavos) gana al poker a un mafioso de dentro de la cárcel y empieza su investigación paralela, escucha la versión de la viuda y termina descubriendo una terrible verdad. Pero aún así no demuestra que la persona muerta era John El Rojo. Así que apela a su victimismo frente al asesinato de su mujer e hija y convence al jurado para que le declare inocente.
Y entonces esa frase final que va a marcar la temporada.
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